sábado, 20 de diciembre de 2008

CANCER DE PANCREAS y CIRUGIA

La CIRUGIA continúa siendo el único tratamiento indicado para curar el cáncer de páncreas, el tumor que más muertes causa al año. Sin embargo, no más de un 15 por ciento de los pacientes son candidatos a esta intervención en el momento en que son diagnosticados. En el resto, el tumor se ha extendido y afecta a estructuras vasculares cercanas que dificultan que pueda ser extirpado.
En la actualidad se está investigando cuál es el papel de la quimioterapia y la radioterapia para intentar reducir el tamaño del tumor de manera que pueda operarse con éxito. Así lo expuso el doctor Carles Pericay, oncólogo del Hospital Parc Taulí de Sabadell y uno de los ponentes del Seminario Retos y Perspectivas en el Manejo de los Tumores Gastrointestinales que se ha celebrado en Barcelona, organizado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y el Grupo Cooperativo de Tratamiento de Tumores Digestivos (TTD), en colaboración con Roche Farma.“El cáncer de páncreas es la cuarta causa de muerte en el hombre y la quinta en las mujeres. De hecho, en lugar de determinar la supervivencia a los cinco años como se hace con otros tumores, en este caso lo hacemos en dos o tres años”, explicó Pericay.
En el Estado, se detectan alrededor de 4.300 casos al año, de ellos 1.750 son mujeres. Este tumor, considerado el de mayor mortalidad a un año, provoca cada año la muerte de 80.000 europeos.“En los tumores avanzados la cirugía difícilmente puede garantizar que tras la intervención no queden células tumorales que motiven pronto una recaída. De hecho, de ese 15% de candidatos a la cirugía, el 80% vuelve a manifestar la enfermedad al cabo de un año o año y medio y, además, lo hace de forma más agresiva que la primera vez. A largo plazo, no más de un 4% de los enfermos se cura de forma definitiva”, recalcó Carles Pericay.
  • La mediana de supervivencia de los pacientes intervenidos es de 13-20 meses con tan sólo un 205 de supervivientes a los 5 años.
  • Tras la cirugía, el 50-85% de los pacientes presentan recidivas locales y a distancia.
  • Sin embargo, luego, cuando entran en juego la quimioterapia y la radioterapia, los resultados siguen siendo muy discretos por ser éste un tumor que pronto se hace resistente al efecto de ambas estrategias.
  • A diferencia de lo que ocurre con otros tumores, el arsenal terapéutico que tienen los expertos para hacer frente al cáncer pancreático no ha sufrido un incremento de nuevos tratamientos.

En este sentido, el especialista se ha referido al tratamiento biológico, el erlotinib, un fármaco oral inhibidor de la tirosinquinasa que mejora la supervivencia entre un 18 y un 25%, según los datos publicados en Journal of Clinical Oncology.
La ausencia de síntomas claros en las primeras fases del cáncer gástrico complica significativamente el diagnostico precoz de esta enfermedad que afecta a dos varones por cada mujer y que en su aparición influyen el helicobacter pylori y el consumo elevado de alimentos ahumados, salazones o adobados.La doctora Antonieta Salud, del hospital Arnau de Vilanova de Lérida, asegura que el riesgo se incrementa sobre todo cuando entra en acción un agente externo como el Helicobacter pylori. “La relación entre la patología que provoca esta bacteria y el cáncer gástrico es muy alta. Su irrupción ocasiona daños en el ADN que de no ser reparados de forma adecuada pueden desencadenar una transformación maligna a nivel gástrico”, subrayó la especialista.En opinión de esta especialista, la incidencia de la dolencia en el Estado no es tan elevada como para poner en marcha programas de cribado como en el caso del cáncer de mama. Las pruebas se hacen fundamentalmente en aquellas personas con una predisposición genética.La doctora Salud reconoce que, a la hora de detectar la dolencia, que no deben pasarse por alto síntomas como la fatiga o debilidad asociada a la anemia y sensación de saciedad ante la ingesta de pocos alimentos. Entre las herramientas diagnósticas, la más útil es la endoscopia gástrica con toma de biopsia. Otras técnicas son los test de detección de sangre oculta en heces o un análisis de sangre completo, entre otras.
“La cirugía sigue siendo la mejor opción en tumores localizados que aún no se han extendido más allá de la pared gástrica. Así se extirpa el tumor y los ganglios de alrededor. Tras la cirugía se completa el tratamiento con quimioterapia y radioterapia”, explica.Sin embargo, se están barajando nuevas opciones como administrar quimioterapia antes de la intervención quirúrgica tras la cual, se administraría nuevas sesiones de dicho tratamiento. A pesar de ello, más de la mitad de los tumores gástricos cuando se diagnostican en el Estado ya están muy avanzados y no es posible intervenirlos con una finalidad curativa.

Una de las prioridades de atención de los pacientes en fase avanzada, la doctora Salud valora positivamente los estudios que avalan los beneficios de sustituir la quimioterapia intravenosa por la oral, mucho más cómoda, así como la incorporación en un futuro cercano de terapias dirigidas. “El reto sería poder disponer de tratamientos biológicos a la medida de las características específicas de cada paciente de tal modo que además de ganar supervivencia se amplíe el número de pacientes que son candidatos a la cirugía que a priori no lo eran”, concluye la especialista.

Dr. YVH

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